Trucha Pirinea:
Hace referencia a trucha criada en aguas frías y cristalinas de los Pirineos, lo que garantiza un sabor limpio y una textura delicada.
Las huevas:
Aportan un sabor umami, una salinidad natural y una textura explosiva al plato. Además, refuerzan el carácter de la trucha, creando un hilo conductor en cuanto al sabor.
La corteza de pollo:
Añade un contraste de textura (crujiente de la corteza y meloso del tartar) así como también, un sabor más intenso y sabroso que equilibra la ligereza del pescado.





